7 ene 2014

Dios está en la lluvia.

Mientras las lágrimas se deslizan por mi mejilla se escuchaba un terrible ruido, parecía que el cielo rompía, algo se lo estaba llevando, mi mente sólo se concentraba en eso, era lo único que relajaba.

Abrí la ventana y vi que alguien me comprendía, era la enfurecida naturaleza que rompió a llorar conmigo, esquivando las preguntas de la gente sobre qué me pasaba salí a la calle, a sentirme libre, a sentirme abrazada, a sentir sus lágrimas junto a las mías, a sentirme pequeña, a sentirme bien.


el 20 febrero 2013 en MadridSpain