1 ago 2016

Me encontré perdida.

Perdí el Norte, sí, pero me gusta el Sur, siguiendo el rumbo al tempo que quise marcar. A veces no importa la dirección en la que termines, si el camino que te llevó ahí es lo pudiste apreciar, y lo mejor de todo es que aún queda camino que recorrer. Puede ser que te hayas puesto un final claro y sigas consecuentemente el camino marcado, pero a veces nos desviamos, no es nada malo, con que tu nuevo rumbo sea disfrutado estarás yendo por el camino adecuado. Por mucho que quieras marcar tu final nunca sabes donde puedes terminar, y ahí será, en el más inesperado de los lugares...

Y es que me gusta perderme por los puntos cardinales, me gusta recorrer el globo sin pincharlo, volar, navegar, y caminar, me pierdo cada tanto y caigo en sitios que desconozco, pero al final me encuentro en ese sitio creando en él mi nuevo camino. Y por qué digo que estoy perdida si ya no sé lo que es no estarlo.
Creo que me encuentro perdida, porque me pierdo encontrada, porque cuando me encuentro me pierdo, y cuando me pierdo me encuentro. Porque mi status quo es la perdida, porque nací en el Norte y lo perdí, y en ese mismo momento me encontré.


23 abr 2016

Querida España;

Gracias por regalarme tu alegría y tu pasión, en tu vientre nací y no me reconocieron tuya hasta después de unos años, una bota y una patagona me adoptaron antes, y eso que ellas nunca me criaron.
Me diste tu estilo desenfrenado, me  enseñaste a vivir, que no siempre hay que preocuparse, que no es ser vago, es no estresarse. Porque hay que saber vivir, saber que las siestas son sagradas, que es mejor comer tarde, que la noche es un momento más del día, y las fiestas se pueden dar en cualquier ocasión.
Y echo de menos tu gastronomía, que eres mediterránea y tu dieta la mejor... aunque eso lo aprecié después de muchos años.
Me mostraste tus paisajes, sabías que las cosas pequeñas pueden tener mucho encanto, que en poco espacio se pueden esconder muchos paisajes con mucha cultura y muchos idiomas. Y que ningún mar es igual a otro. 

Gracias por todo esto y mucho más, que no tienes nada que envidiar a mi nueva comadrona, que aunque sea un poco engreída, es verdad que brilla a cada paso que da. Y cada vez que pronuncia palabra, que es siempre porque no sabe apreciar el silencio, el aire se convierte en bueno. Me está costando ser tan perfecta, porque su pasión debe ser la mejor, y no hay nadie que marque los pasos como ella. De su vientre sale el sol y parece que el mundo es lo único que sabe ver, ella es enorme y sé que tiene tanta cultura que enseñarme como tú.
No te preocupes, ella me cuida muy bien y a ti, te volveré a ver, y a descubrir.


Ambas sois pura pasión, pero ella es perfección, y tú eres alegría. ¿Quién sabe como quedaré yo después de esto?...