1 ago 2016

Me encontré perdida.

Perdí el Norte, sí, pero me gusta el Sur, siguiendo el rumbo al tempo que quise marcar. A veces no importa la dirección en la que termines, si el camino que te llevó ahí es lo pudiste apreciar, y lo mejor de todo es que aún queda camino que recorrer. Puede ser que te hayas puesto un final claro y sigas consecuentemente el camino marcado, pero a veces nos desviamos, no es nada malo, con que tu nuevo rumbo sea disfrutado estarás yendo por el camino adecuado. Por mucho que quieras marcar tu final nunca sabes donde puedes terminar, y ahí será, en el más inesperado de los lugares...

Y es que me gusta perderme por los puntos cardinales, me gusta recorrer el globo sin pincharlo, volar, navegar, y caminar, me pierdo cada tanto y caigo en sitios que desconozco, pero al final me encuentro en ese sitio creando en él mi nuevo camino. Y por qué digo que estoy perdida si ya no sé lo que es no estarlo.
Creo que me encuentro perdida, porque me pierdo encontrada, porque cuando me encuentro me pierdo, y cuando me pierdo me encuentro. Porque mi status quo es la perdida, porque nací en el Norte y lo perdí, y en ese mismo momento me encontré.