16 may 2014

Espera, no abras la carta.

Anoche pensaba en ti, bueno eso no es lo raro ya que desde el día en que te conocí lo hago, pero anoche te quise escribir, quise decirte todo lo que siento por ti, quise que sepas que desde que te fuiste no deje de sentir nada, pero me da miedo llamarte, soy capaz de colgarte por el miedo.

Por eso me arme con mi pluma y comencé a dejarme llevar, a imaginar que todo era como antes, a pensar que estabas a mi lado y te susurraba esas palabras, no tuve miedo, no te veía, no te sentía, o sí, quizá más que nunca. En esta carta escrita dejé todo lo que podía llegar a contarte, a pesar de no verte te necesito a mi lado apoyando, dando fuerzas y conquistándome, por eso necesitaba escribirte.

No estaba segura de enviarte la carta, aún no había puesto sello ni dirección, pero ya estaba cerrada sobre mi escritorio. En ese momento quise seguir escribiendo, te había contado todo lo que necesitaba pero aún había más, quería que vuelvas, no tener que enviarte cartas, atreverme a hablarte en persona sabiendo que recibiría un beso, saber que me mirarías a los ojos con pasión y no con odio, solo te quiero de vuelta, que vuelvas con esta carta, y esto es lo que estoy escribiendote en su sobre, que si me quieres vengas con esta carta sin abrir y te lo contaré en persona, sabes dónde encontrarme.

11 may 2014

Mirada vacía.

Ella, con esa gran mirada, él con esos hermosos ojos. Hay algo diferente entre los ojos y la mirada, la mirada va más allá, habla más de quien eres, quien quieres ser, en tu mirada se ven los sueños que quieres cumplir, lo que te da curiosidad, la mirada habla de ti. En cambio los ojos son solo eso, unos ojos bonitos, de un color un tanto especial, quizá, de una forma atrayente, que hace que tu mirada sea más o menos bonita, pero al fin y al cabo son solo ojos, y por muy bonitos que sean no podrás enamorar con unos ojos, pero sí con una mirada.

Ella con esa gran mirada, que tampoco tenía color ni forma especial, solo que con ella lo decía todo, apenas era necesario hablar, si lo que pensaba era reflejado en su mirada, sobre todo lo que deseaba, tenía miradas que mataban, y otras que conquistaban, en ocasiones mataba y conquistaba a la vez, quizá porque le daba rabia que alguien le guste tanto, eso ya no lo sé. Pero cuando lo vio a él, el chico de los ojos hermosos, no quiso ni matarlo ni conquistarlo, ni nada, estaba vacío, sus hermosos ojos no transmitían, y eso le daba mucha curiosidad.
Se quedó observando durante días, siempre se lo encontraba en el tren, a veces iba solo, otras con amigos, pero siempre le faltaba algo. Las grandes miradas aparte de mostrar al mundo lo que ellos sienten, son mucho más observadores, y saben muy bien lo que otros sienten también, pero con él era distinto, sentía una impotencia hacia su ser, por una parte le daba rabia que él no se muestre cómo es, por otra no conseguía comprender por qué no le podía entender.

Tras más de un mes casi persiguiéndole cada día, incluso intentando comprender sus costumbres, su mundo, y así, tal vez, a él, consiguió acercarse, con un poco de miedo, porque no sabía que pensaría de ella, pero con confianza y sin miedo, le hizo una pregunta directa, no quería disimular sus intenciones ''¿Qué sientes? ¿Qué deseas? ¿A dónde quieres llegar?'' Con esas tres preguntas de golpe él la miró, por fin tenía una mirada y no simples ojos, una mirada extraña, pero triste, tras unos segundos en los que él habrá pensado las preguntas de una extraña, se echó a llorar. Quizá llorar sea el hecho más sincero de una mirada, dicen que cuando nacemos lo primero que hacemos es llorar, puede que lo hagamos para estrenar nuestra mirada al mundo, ningún bebé tiene la mirada vacía, será que lloran mucho. 
Al verle llorar ella se sentó a su lado en el tren, y colocó su brazo sobre sus hombros. Tampoco sabía qué decirle, no sabía que tipo de tristeza había desatado, pero al parecer ella había liberado lo que él intentaba deshacer, ocultar, borrar. Pero al fin y al cabo, por muy triste que fuese es mejor una triste mirada que una vacía.

Al fin él se tranquilizó y consiguió contestarle, dijo unas palabras no menos tristes que su actual mirada. ''No siento, no deseo, no sé a dónde quiero llegar, no sé ni de dónde vengo, me olvidé de mi pasado, me olvidé de lo que era, me olvidé de soñar.'' ¿Cómo alguien podía olvidarse de soñar? ¿Acaso es algo que se aprende? Ni si quiera sabía que decir, estaba tan sorprendida con el hecho de no soñar, no podía imaginar su mundo sin sueños, pero en realidad es algo de lo que mucha gente carece, son demasiado realistas, como les gusta ser llamados, pero nunca había visto a nadie que llore por no soñar, supuso que él antes era un gran soñador, de los mejores, pero algo destrozó sus esperanzas de seguir soñando, y como un método de autodefensa se olvidó de soñar. Y así era, en realidad, pero él nunca se lo dijo, y ella nunca se lo preguntó. Lo único que se le ocurrió decir después de un breve momento en el que llegó a pensar mucho, fue ''Te voy a recordar lo que es soñar.'' Se bajaron en la siguiente parada, que no era la parada de ninguno de los dos, ni si quiera conocían el sitio, pero ¿qué más da? una aventura es la mejor forma en la que una persona puede enseñarte a soñar.

Así comenzaron perdidos por un lugar cuyo nombre no se quieren acordar, él se sentía doblemente perdido ya que no sabía muy bien como actuar, pero se dejó llevar por ella, la miró, como desde hacía mucho tiempo no había mirado a nadie, y efectivamente se notaba que anteriormente había sido un gran soñador y mirador, ya que ella tampoco había sido mirada así nunca. Quizá se enamoraron, tuvieron hijos, vivieron felices y comieron perdices, quizá sólo fueron una especie de amantes de sueños, que se fueron a soñar juntos y sus vidas nunca más se volvieron a cruzar. Lo que sí se sabe es que ese fue el mejor día de la historia de cada uno, ella nunca olvidará a aquel chico de la mirada vacía y él nunca olvidará a aquella chica que le llenó la mirada.

2 may 2014

A veces pienso que el océano está formado de las lágrimas de los que ha separado.

Seguiste tus instintos, cambiando tu destino
Erguiste la cabeza, sin miedo a lo desconocido
Guiándote por ti, creaste tu propio camino
Un día te encontraste en un sitio distinto
No te rendiste, luchaste, aunque ya no era lo mismo
Donde no había ser conocido, creaste nuevos amigos
Aprendimos de ti que todo cambio puede ser bonito.

Diste amor, incluso al que no era correspondido para ti
Odiaste a tantos como aletas tiene una perdiz
Recuerdas acaso cuántos fueron los que ayudaste a vivir
O te puedo preguntar si alguna vez no hiciste sonreír
Tengo la noción de que no hay nadie a quien no hayas hecho reír
E incluso podría decir que enseñaste a no sufrir
Aprendieron de ti que lo importante es ser feliz.

Me abrazaste de las primeras incluso yo naciendo tan lejana,
Enseñaste las primeras ordenes a Samba.
Debería haber un pequeño puente, que vaya de Argentina a España,
Imaginaré que aún sigues aquí, en mi recuerdo permanece tu alma
Nunca pensaste que tu amor podría recorrer 10 000 kilómetros, hasta acá
Aprendí de ti que incluso la distancia se puede hacer cercana.

TE AMO ABU.