16 may 2014

Espera, no abras la carta.

Anoche pensaba en ti, bueno eso no es lo raro ya que desde el día en que te conocí lo hago, pero anoche te quise escribir, quise decirte todo lo que siento por ti, quise que sepas que desde que te fuiste no deje de sentir nada, pero me da miedo llamarte, soy capaz de colgarte por el miedo.

Por eso me arme con mi pluma y comencé a dejarme llevar, a imaginar que todo era como antes, a pensar que estabas a mi lado y te susurraba esas palabras, no tuve miedo, no te veía, no te sentía, o sí, quizá más que nunca. En esta carta escrita dejé todo lo que podía llegar a contarte, a pesar de no verte te necesito a mi lado apoyando, dando fuerzas y conquistándome, por eso necesitaba escribirte.

No estaba segura de enviarte la carta, aún no había puesto sello ni dirección, pero ya estaba cerrada sobre mi escritorio. En ese momento quise seguir escribiendo, te había contado todo lo que necesitaba pero aún había más, quería que vuelvas, no tener que enviarte cartas, atreverme a hablarte en persona sabiendo que recibiría un beso, saber que me mirarías a los ojos con pasión y no con odio, solo te quiero de vuelta, que vuelvas con esta carta, y esto es lo que estoy escribiendote en su sobre, que si me quieres vengas con esta carta sin abrir y te lo contaré en persona, sabes dónde encontrarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario