23 ago 2014

Majadahonda

Eres preciosa, en tus calles me crié desde que tenía 5 años y aquí sigo.
A pesar de querer irme lejos yo te quiero, no te lo tomes a pecho, porque el tuyo será el único que me haya amamantado, criado y educado, y es que en tu vientre siempre estará mi huella.
No tienes nada que envidiar a tu vecina Madrid, de la cual ''huí'', tanto ruido, contaminación, edificios altos, sobrepoblación en las calles, no están hechos para mí.
Tienes un monte que es tu pulmón, el más profundo y grande, ahí me refugio aún cuando la soledad se apodera de mi necesidad. ¿Acaso hay algún sitio mejor?

Nadie me ha enseñado mejor que tú lo que es poder ver las montañas desde la Avenida de España, y no hay GranVía más pueblerina que la tuya. Ni parque más bello que Colón, que por desgracia decidió someterse a una cirugía, como La Laguna, era tan bella con su fuente...
Te puedo recorrer de lado a lado en un día, caminando, disfrutando.

La primavera y sus malditas flores que sólo las quiere el ayuntamiento, época en la que por cierto me has visto deambular varias veces con graves ataques de alergia. Y cuando Septiembre llega no hay nada mejor que unas buenas fiestas, que se pasan rápido, pero se disfrutan como ningunas otras, luego llega el invierno, y si hay suerte nieva, se cubren las calles de blanco, el cielo de luces y los suelos de caramelos.

Recuerda siempre que te quiero y que eres la mejor tierra que incluso el Quijote pisó.