16 jun 2012

El cervatillo


Erase una vez un cervatillo que no sabía a dónde iba, un cervatillo solo y triste.
Se iba haciendo de noche y el cervatillo no sabía a dónde iba, el seguía andando, el tenía miedo.
Escuchaba a los ruidosos búhos que le asustaban, sentía a los ciegos murciélagos que pasaban a su alrededor, cambiando su rumbo a milímetros de él.

Era un cervatillo alegre, con muchos amigos, pero se perdió, nunca hubo tales amgos, todos eran parte de su imaginación. Ahora ¿Qué podía hacer? ¿A dónde podía ir? No tenía a nadie… no conocía a nadie…
Pero se dio cuenta de una cosa, los arboles seguían ahí, entonces recordó a su mejor amigo, ese único cervatillo que conoció como amigo, ese que tenía tantas cosas en común con él, se enfrentó a la noche, caminó a oscuras para reencontrarse con él, él siempre se escondía en el mismo lugar. Fue corriendo hacía allí, deseaba que él estab allí, eran iguales… quizás él también se había dado cuenta de las cosas.

Y allí estaba, corriendo a la vez que él, escondido en el mismo sitio de siempre… En el lago. Siempre le veía cuando tomaba agua, siempre se reía con él porque hacían lo mismo. Era su único amigo y en el único en el que podía confiar, el único que no le abandonó. 

//Squeeze my hand.//

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Muy buena, metafórica y realista a la vez.
    Verdaderamente original, se ve que es una historia relatada en primera persona, es decir, que tú eres ese cervatillo que encuentra su reflejo como compañía.

    Un saludo, Alexia.

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    1. Todos mis cuentos los escribo por algo que siento, por algo que he visto o he vivido. Muchas gracias por leerlo y comentar.

      //Squeeze my hand.//

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