Somos la presa, la presa de esta sociedad, somos débiles ciervos
recién nacidos aprendiendo a andar, a comer y a respirar.
Hay un gran león observándonos, teniendo en cuenta cada paso
que damos, lo que no sabe es lo que ocurre dentro, lo que más nos preocupa,
nuestra arma de destrucción mutua. No sabe que aparte de él, ese león
hambriento que quiere destrozarnos, devorarnos y disfrutar de nuestra rápida
muerte, hay un ciervo en nuestro interior, un ciervo que puede correr pero es inválido, porque no ha salido de nuestro interior nunca. Ese
ciervo que nunca ha visto la luz cuando se ve en una situación en la que nosotros
no podemos darle sombra se queda ciego e impotente. Ese pequeño ciervo es el
que hace que el león consiga matarnos.
Por eso debemos sacar a nuestro ciervo, enseñarle el mundo,
arriesgar su vida. Aunque tengas mucho miedo. Ese ciervo se acostumbrará a la
luz, poco a poco. Y cuando realmente necesites sacarlo al exterior ese ciervo
será fuerte, podrá correr y correr por el campo. Y conseguirá escapar de las
garras del león.
No escondas a tu ciervo, habrá algún que debas liberarlo, si
nunca antes le habías enseñado el mundo MORIRÁ.
//Squeeze my hand.//
Es muy bueno este texto, refleja totalmente la realidad.
ResponderEliminarSigue así.
Muchas gracias. ^^
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